viernes, 2 de abril de 2010

EXPOSICIONES EN SEMANA SANTA

EXPOSICIÓN EN SANGÜESA


2 de abril de 2010


Iñaki Lazcoz, becado en Nueva York por el Gobierno de Navarra como Joven Artista, expone esta Semana Santa en la Casa de Cultura de Sangüesa (hasta el 17 de abril).

Llego a la sala de exposición y, al no haber nadie, aprovecho a "robarle" unas cuantas fotos para mi blog (vamos, que he podido sacar fotos a todas y cada una de las pinturas de la exposición; me he sentido un poco pirata ilegal, pero aquí está el resultado)

Esta pintura se llama CEBRA V


y ésta es JABALÍ (ALFONSO XV)
De este cuadro dice que es "el espejo de un mundo idealizado". La verdad es que no suena muy atractivo. Pero es tan digno que le sostienes la mirada.


CASA DE AÉZKOA (de aquí es el padre del pintor)



Ésta se llama KEN NOVIO


Ésta es PLAYMOVIL

y ésta se llama SEAT



Ésta, lógicamente, se llama JIRAFA, y el pintor la vende por 9000 euros (ya que no la voy a comprar, me saco foto con ella)



Como se puede ver en las siguientes imágenes también, en esta exposición Iñaki Lazkoz presenta animales, coches y edificios. Estos cuadros, algunos son de colecciones privadas y el resto se vende. Sus precios oscilan entre 3500 euros (el más barato) y el de la Jirafa.











Tras realizar la visita, he buscado más información sobre Iñaki (ya que en la Casa de Cultura no hay ni un sólo folleto sobre la exposición).

Él dice de su pintura que "el motivo minucioso y el fondo neutro son mi clave". En realidad, todos esos cuadros que he tenido ante mí ejercen una poderosa atracción. En esa atmósfera, todos esos elementos aislados (ya sean muñecos, animales, coches o casas) cobran una dimensión nueva y magnética. El tratamiento del color es impecable (aunque en las fotos no se aprecie con tanta nitidez como en la realidad).

Según en otros escritos que he podido leer sobre el autor, él define su obra como pntura figurativa. Él no la considera hiperrealista porque no tiene la intención de que se confunda on una foto. Él lo llama REALISMO POÉTICO.

En cuanto a los fondos vacíos y amplios, él dice que son tan importantes como los objetos, porque los sostiene. Si encorsetara sus motivos en un bastidor pequeño, no podrían respirar. Son tan detallados que necesitan expandirse.

Ese juego entre el motivo minucioso y el fondo neutro es, como ya he dicho, la clave de su obra.


APLICACIÓN DIDÁCTICA: había pensado trabajar con las figuras que se muestran en los cuadros, haciéndolas interactuar, mezclándolas en un mismo lienzo a modo de collage.

Pero tras la sesión 18, he cambiado de idea: el taller que propongo realizar para esta exposición (y copiando un poco la propuesta que hizo Bitartean) sería "rellenar" ese espacio de fondo que el pintor Iñaki deja como vacío significativo. Creo que a los niños les debe llamar la atención el hecho de que no estén contextualizados, enmarcados en un lugar. De la misma forma que hizo Bitartean, colocaríamos una sábana blanca o papel y encima proyectaríamos la figura de los cuadros de Iñaki. De esta forma, los niños dibujarían diferentes ambientes, paisajes que envolvieran al playmovil, al Ken novio, al jabalí y a la jirafa...

La verdad es que el proceso imaginativo que tienen que llevar a cabo es muy interesante por el hecho de que tienen que relacionar directamente la imagen que se les presenta con una creación suya.



EXPOSICIÓN EN LA CIUDADELA

8 de abril de 2010

He visitado también la exposición Encuentros de Pamplona 72: fin de fiesta del arte experimental. Está en una de las salas de la Ciudadela. Sinceramente, poco puedo hablar sobre arte experimental, pero más que en una exposición parece que estuve en una de esas salas interactivas donde se puede tocar, escuchar, ver videos, sentarse al lado de un señor de cartón (obra de Equipo Crónica) que parece que en cualquier momento va a girar la cabeza...


Ha sido también interesante ver las fotos de todos esos artistas y sus obras, de cómo durante ocho días (entre el 26 de junio y el 3 de julio de 1972), expusieron con ilusión sus obras al público, y cómo queda archivado todo lo que fue ocurriendo.


La verdad es que he estado indagando un poco en noticias sobre qué fueron esas jornadas, y he encontrado impresiones de diferentes personas que estuvieron allí y vivieron aquel "laboratorio" de artes experimentales que se expandió por toda la ciudad.


A muchos les tocó vivirlo como universitarios que acudieron emocionados a saborear aquel vendaval vanguardista. Nuestra profesora del año pasado, Reyes Berruezo, afirma que "era como pasar del libro manuscrito al e-book, sin haber conocido la imprenta", que en esos años estudiaba Filosofía y Letras. Años más tarde, compró el Catálogo de los Encuentros en las casetas de libros antiguos de la cuesta Moyano, y dice que le costó reconocer lo vivido.


Otro estudiante de Filosofía y Letras, José María Romera-ex director de la Institución Príncipe de Viana y colaborador de Diario de Navarra-, destaca el valor "irrepetible" de los Encuentros: "En cada acto del programa había algo nuevo y distinto".
El presidente de la Mancomunidad de Pamplona y concejal del PSN, Javier Torrens, en aquel entonces estudiante de Arquitectura, destaca la sensación de fiesta urbana que invadió Pamplona, precisamente en aquellas fechas que eran la antesala de los Sanfermines: "Los Encuentros fueron unos Sanfermines de la cultura de vanguardia, donde cualquier cosa era posible".
Valentín Redín, jefe de protocolo y autor teatral admite que "aquello era absolutamente surrealista". En 1970 había creado el grupo de teatro El Lebrel Blanco. Con la llegada de los Encuentros, Redín asistió en el Gayarre a una función que consistía en que el público contemplara una vela encendida. Cuando ésta se apagó, la "obra" se dio por concluida. "Las reacciones eran variopintas. La gente protestaba y se reía a la vez. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha visto que aquello no era una tontería", opina.

El surrealismo se adueñó de Pamplona. Había gente corriendo por la calle en traje de baño y con azucenas en la mano, teléfonos que permitían escuchar conversaciones aleatorias, muñecos que emulaban la imagen de los "grises" y se entremezclaban con el público, conciertos de música experimental... A veces, no se podía evitar la sensación de "tomadura de pelo".

Lo reconoce la entonces orfeonista Belén Asenjo Guillén, que participó en el concierto que ofreció el Orfeón Pamplonés. "Cantamos una obra de Tomás Luis de Victoria que contrarrestaba todo aquello. A mí me costó asimilar esas vanguardias, no estaba preparada", comenta.
Difícil describirlo y más difícil aún calibrarlo. "Se creó un escenario de fiesta, impacto, polémica e imaginación, como el oleaje de un tsunami", valora el profesor Pedro Lozano Bartolozzi, que entonces trabajaba como periodista en La Gaceta del Norte. El hoy editor José María Domench, que se dedicó a fotografiar los Encuentros como redactor de la Editorial Salvat, recuerda con igual asombro "los conciertos de John Cage y, en otro punto, exótico, las coloristas danzas de Kathakali del estado indio de Kerala".

"Lo pasamos fenomenal", recuerda Arantza Zozaya, dinamizadora cultural del Ayuntamiento de Pamplona. Entonces dirigía el "mítico" Cine-club Lux, colaboraba como crítica de cine en Radio Pamplona y trabajaba en la editorial Salvat. "Nunca sospechamos que la alternativa al Mayo del 68 iban a ser para algunos los Encuentros de Pamplona". En el Cine-club Lux también colaboraba Francisco Javier Zubiaur, ex director del Museo de Navarra, que en aquella época era un estudiante universitario atraído por el arte y el cine. "Aquellos Encuentros, vistos hoy en el contexto de entonces, parecen increíbles. Sólo una familia de osados, y enamorados de su tierra, como los Huarte, pudieron hacerlos posible". Tres décadas después, Zubiaur condensó y analizó los Encuentros en las dieciséis páginas de un capítulo que fue incluido en los Anales de Historia del Arte.

Los Encuentros también conllevaron una carga de polémica que se concentró especialmente en la exposición Arte Vasco Actual que acogió el Museo de Navarra. De hecho, lo primero que le viene a la memoria al arquitecto Fernando Redón, premio Príncipe de Viana de la Cultura, es el "lamentable espectáculo" que protagonizaron las mujeres de Eduardo Chillida y Ramón Carrera, ya que el primero había decidido no exponer su obra al considerar que Carrera le había copiado.
Ambos artistas comparecieron ante los periodistas para aclarar la polémica, momento del que Redón fue testigo, ya que tenía relación con el matrimonio Chillida y les acompañó durante los Encuentros. "Recuerdo la imagen de las dos mujeres sentadas, separadas por una silla que había en medio. La mujer de Chillida, Pilar Belzunce, increpaba a Carrera. Al final, los Carrera acabaron tan humillados que después de aquello me fui a cenar con ellos".


Vamos, parece que fue una odisea de artistas "experimentales" que luchaban por tener el liderazgo en ver a cuántas personas por metro cuadrado dejaban más asombradas con sus obras. Lo visto es que revolucionaron el arte de su momento, y dio pie a que los jóvenes artistas dieran un paso más en su trayectoria artística.
A nadie dejó indiferente.

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